Podemos afirmar que desde y hasta siempre se puede hacer yoga. Así estas niñas y niños de 1, 3, 5 y hasta 12 años; crecen y desarrollan habilidades, capacidades y talentos y aprenden de miedos y valentías... edad en que ya por conocer algo de esta disciplina sumado a su propio proceso, se incorporan al grupo de adolescentes.
Cada niña, niño y en grupo, responden con gusto y esmero a la propuesta; siendo ell@s quienes recrean e inventan asanas y se gozan en renombrar, petición de momentos especiales como aprender a trepar árboles y desde ahí ser otro árbol yóguico, masajes relajantes, pilla pilla yóguico o jugar a volar e incorporar el acro-yoga a nuestro espacio interior.
Aprenden a quererse, valorarse, ser valientes, perder miedos, equilibrarse, sentirse content@s. Todo esto lo practican como quien hace un ensayo para la cotidianeidad y con la sutileza y el afianzamiento que solo ell@s saben poner en sus vidas.
"MEDITAN" cada clase y luego dicen cosas lindas que les han pasado en la semana, para así agradecer en conciencia "lo que soy, lo que tengo, lo que puedo" y prepararse para que eso siga siendo en cada un@.
Momento importante para entrar en sí y en la clase, momento de expresarse y también de amoroso respeto y escucha.
Las "ASANAS" se realizan jugando y entre risas a veces, otras en silencio... unas gustan más y otras cuestan menos; y en perseverar radica su valor.
Así observan su equilibrio, flexibilidad, fuerza, resistencia, constancia, presencia, paciencia, tolerancia, amplitud, generosidad, observación... todas estas y más capacidades y habilidades que desde dentro y fuera juegan un papel muy importante: les hacen ser cada un@.
Juegan con cada "asana", su nombre y su forma; ríen mirándose ejecutarlas sin más y se desafían a ell@s mism@s a conseguir dar un `paso más, como decimos en las clases:
-si me caigo;
-¡ME LEVANTO!
-¿cuántas veces?;
-TODAS, LAS QUE HAGA FALTA, MUCHAS, SIEMPRE.
-TODAS, LAS QUE HAGA FALTA, MUCHAS, SIEMPRE.
-¿por qué?
-¡PORQUE SOMOS VALIENTES!.
y así entre risas, miradas, silencios... transcurre la clase, para también aprender a "RESPIRAR",
profundamente y sintiendo su cuerpo a cada momento, para que la respiración les guíe y contribuya a fortalecer ese movimiento interior y exterior.
Sienten y expresan: "ME ABRAZO PORQUE ME QUIERO y PORQUE ME QUIERO ME ABRAZO".
Acompañados de juegos, cuentos, disfraces, adivinanzas e historias, llega el esperado momento de relax, donde disfrutan la "RELAJACIÓN", en un dulce "Savasana"... acá los movimientos de pies, manos, fruncir seño, quitar o acomodar manta; nos dicen que aún queda por andar, aquietar... y cuándo va el reposo haciéndose parte y con él en aumento sus relajadas expresiones, sonrisas, brillo... sentimos que es el camino seguro!
MILLARAY YOGA |
¡Ellas y ellos, sin dudarlo; un regalo para el mundo!
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