¡Hola!!
Soy Virginia y podría decir que el yoga, Millaray, es parte
de mi vida desde que tengo 17 años, aunque no lo sabía claramente.
Así fue, que a esta edad, ya hacía actividad física, por
voluntad propia y fuera del ámbito educativo, y
estando en la Universidad una profesora preguntó, ¿cuál es tu verbo? y yo, aunque no contesté en
voz alta, supe que mi verbo era "crecer"
(desarrollarme diría hoy), por fuera y por dentro. Comenzó también mi búsqueda
por hacer crecer mi vida espiritual y llevaba con alegría mi espacio mental
formándome como docente, así tenía estos cuatro espacios de mí atendidos, digo
4, porque son: cuerpo, mente, corazón y espíritu.. a veces más juntos, a veces
más separados, va! yo creo y siento que casi siempre al menos dos van juntos en
cada acto que llevamos adelante, y se turnan y... sé que es importante cuando
estamos estancadas/os acudir a un tercero a pedir ayuda... y claro! si los 4 van
juntos es estupendo!! allá vamos...
Bueno, así fue que
transcurrió una parte importante de mi vida en donde cultivaba mi vida
interior, espiritual, afectiva, lograba retos del ámbito laboral-profesional
(más vinculados al espacio mental) y seguía disfrutando de vivir y sentir mi
cuerpo..
Vale aclarar que soy
argentina desde que nací y española desde hace poquito más de 15 años, por lo
que como decía un amigo: ya mi corazón está partido... si! soy de acá y allá...
y creo que del mundo!!
Y digo esto, porque
trasladarme, cambiar tantas cosas, también ampliar mi nación, mi tierra, mi
cielo... puso en cuestión todo lo que llevaba encima y con ello estos 4
espacios; y me encontré nuevamente en búsqueda como hacía ya más de 15 años
(ja).. por lo que buscando casi sin darme cuenta y como digo siempre "no
sé si yo encontré al yoga o el yoga me encontró a mí", para no
complicarnos diré que "nos encontramos" y fue amor a primera vista!,
tuve claro que era lo que quería hacer, vivir, trabajar, ser...
Fué así que me puse manos a la obra, empecé conmigo, luego aprendí para poder compartir con otr@s y así he llegado acá, aprendiendo en Bilbao, en Huelva, (sí, lo mío es viajar) y de la
furiosa actividad aeróbica pasé a hacer yoga, que no es estar sentada en bonita
posición, ni ser de determinada figura corporal, o tener temple de acero... es
eso a veces pero muuucho más que eso, es VIVIR, ser conciente de tus actos,
disfrutar tus aciertos, aprender de tus errores (que de eso sí que sé), sentir tu cuerpo en acuerdo
con tu alma, tu alma en acuerdo con tu corazón y este con la cabeza... todos
acompasados a veces, turbulentos otras, siempre presente, siempre activa,
siempre en camino, siempre llegando, siempre siempre viviendo.
Amo lo que hago, disfruto
compartir aprendizajes, siempre "l@s alumn@s" me devuelven tanto! que
gozo siendo también una de ell@s y seguir andando..
Prácticamente hablando, formé
mi espíritu durante todos estos años al lado de un sacerdote jesuita que me
enseñó el amor y el equilibrio; cultivé mi corazón rodeada de afectos de valor:
familia, amig@s, valios@s conocidos (ángeles del camino) y también conseguía
alcanzar mis retos profesionales y trabajar como: monitora de aeróbic muchos años en
Argentina y España, dar clases en la Universidad de Huelva de mantenimiento
deportivo, impartir clases y formar a otras monitoras en programas de Formación
Profesional de UGT, trabajar en piscina o playa como socorrista y profesora de
natación en la Ciudad Deportiva, Polideportivos Diego Lobato y Andrés Estrada, o
dar pilates en Asociaciones y Ciudad Deportiva.. entre otras, pasé a dedicarme
a esta hermosa disciplina.
La vida se ha encargado de
que otros verbos también llevaran mis días y con gusto veo que hoy todos son
parte de lo que amo.
Todo lo que he hecho, hacen
que "yo sea" hoy, y me alegro por eso, y como no he terminado conmigo
aún, es que sigo impartiendo clases y disfrutando de niñ@s, adolescentes y
adult@s; en grupo o individualmente, desde el ámbito terapéutico o lúdico, en
pequeños grupos o retirad@s en silencio para encontrarnos... todo esto es yoga
y disfruto pudiendo compartirlo.
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